Dadas las circunstancias históricas en la que nos encontramos, la celebración de la vigilia de oración por la solemnidad de Pentecostés, se llevará a cabo sin la presencia de fieles en nuestros templos. Sin embargo, en esta ocasión cada uno de nuestros hogares se convierte en un “Cenáculo” familiar, como aquél donde solían reunirse de común acuerdo los Apóstoles con María la madre de Jesús, algunas mujeres y los hermanos de este (Cf. Hch 1,14).
Excelente gracias
Me gustaría compartir este material en familia y con mis jóvenes de la iglesia, para llevarlo a cabo juntos❤️